Vivimos llenos de tópicos sigue-corrientes:
- zapatos blancos para el invierno, ni pensarlo;
- hasta que no hace calor, nada de sandalias;
- los calcetines con botas o deportivas, siempre ocultos;
- los zapatos de novia, para las novias;
- gastarte cien euros en unos zapatos que te pueden durar años, no; gastarte cien euros una noche de cena y copas que va a durar una noche, sí;
- tacones bonitos relegados a las contadas ocasiones especiales de tu vida, y el resto de días de tu existencia con un calzado cualquiera.
Seguidores de tendencias, modas y corrientes, dicen: «uy, no se estila, no vayan a mirarme raro».
¡ROMPE! Ya te dije que te pusieras tus zapatos de novia cuando te apeteciera, y ahora de digo: ¡zapatos blancos para el invierno!
«Pero zapatos de novia para el invierno… no, ¿no?» ¡Cómo que no! ¿Tú ves los zapatos de la chica de la foto? Son zapatos de novia, comprados en noviembre para usarlos a diario. ¡Con dos co……!
«Me van a mirar porque no llevo nada blanco a conjunto». ¿CÓMO? Sal ahora mismo a la calle y cuenta todas las personas que veas con deportivas blancas sin nada blanco y sin venir a cuento. O sea, que de normal te vistes aburridamente con una «agüelor» de zapatos y ahora, que vas a estar arrebatadora, vas con remilgos de «el blanco no conjunta con la ropa de invierno».
Ahora va la pregunta: ¿eres LIBRE? Y no se te ocurra decirme: «me gustaría viajar más», o «cómo voy a serlo si no me toca la lotería», o «tengo un trabajo horrible». La mente, amiguetes, estamos hablando de la mente. Con una mente atrapada hasta con la lotería tendrías excusas.
Libérate de prejuicios y ponte tacones blancos para el invierno, atrevida y desafiante. Y que te miren. Y que hablen. Y que te copien. Si se atreven.
♥
Yo soy Gema Vicedo y Ella es Gabriel.
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