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EL CIELO LLEVA TACONES.
CAPÍTULO 1 – Mario Conde.
Buenos días contentos.
Si Cenicienta hubiera conocido a Ella es Gabriel no hubiera perdido su zapato. Cuando bajaba las escaleras corriendo como una loca huyendo de palacio, el príncipe que la perseguía jamás hubiera encontrado el zapato, cuya pista era crucial para poder localizarla y así comer perdices los dos felices por siempre jamás.
Bienvenidos a El cielo lleva tacones, el podcast donde te voy a hablar de personajes genuinos destacados por su glamur. Y digo personajes, no personas, porque cada día, desde que nos levantamos, representamos un papel. Eres libre de elegirlo; no te limites ni te conformes con un personaje que ni a ti te gustaría ver.
La belleza te da belleza, no te da glamur. Crear la incógnita ¿Cómo puedes ir tan bien con tacones? ¿Cómo haces para seguir con tantas adversidades? ¿Qué piensas? Ese misterio, eso es glamur.
– Personaje del día 1: Mario Conde.
Nació en Tui (provincia de Pontevedra, Galicia, España) el 14 de septiembre de 1946. Alto, guapo, rico (dicho por él mismo en cualquier entrevista que puedas ver por ahí de él).
Él dice: «¿soy inteligente? Claro que sí, pero sobre todo soy trabajador y constante. Todo lo que he conseguido no lo he conseguido por ser más inteligente que los demás, lo he conseguido por meter más esfuerzo que los demás».
¿Por qué es famoso?
Básicamente por su inteligencia que le hizo alcanzar precozmente altos cargos: abogado del estado a los 24 años con el nº 1 de su promoción, consejero de dos potentes empresas farmacéuticas españolas y de uno de los siete grandes bancos de España y presidente del mismo a los 39 años: el Banesto; además de otros cargos como presidente, vicepresidente y/o consejero en otras importantes compañías.
Famoso por la decepción que causó a la sociedad española cuando después de la admiración que producía fuera condenado por estafa y apropiación indebida por el Caso Banesto por lo que ingresó cuatro veces en prisión.
Autor de varios libros entre los que se encuentra «Los días de gloria» que me encuentro leyendo estos días. «Memorias de un preso» es mi próximo objetivo de lectura.
A todo esto súmale una apariencia física especial que todo el mundo detecta cuando lo ve: moreno y guapo, de complexión atlética y pelo engominado alisado hacia atrás que se riza en la zona de su cuello siempre recto.
¿Dónde está el glamur?
Y es que, no importa que Conde hoy estuviera en lo más alto y mañana en lo más bajo, que hoy fuera el hombre más admirado y mañana el hombre más despreciado del país. Cada mañana se levantaba con todo lo que llevaba encima y con todo lo que sabía que le iba a seguir cayendo. Amanece y te levantas y sigues con toda la dignidad que te permites.
Yo jamás lo he visto con la cabeza gacha. ¿Cómo lo hace? Ese misterio es el glamur.
Mario tenía una mujer, Lourdes Arroyo Botana, madre de sus dos hijos y fallecida a los 52 años por un tumor cerebral. Por lo que he podido ver en algunas de sus entrevistas y por lo que deja entrever en su libro, se siente de alguna manera causante de esta enfermedad tan temprana. Como decía mi abuela, los disgustos no traen nada bueno y, si alguna vez has recibido una carta del juzgado a tu nombre sabrás lo que se siente. Así que si fue por disgustos, los disgustos que Conde trajo a su casa fueron muy gordos.
Y con todo, hay que seguir, y hay que seguir erguidos.
¿Cómo es posible que Mario Conde, después de su biografía, haya mantenido su porte y compostura? La mayoría dará por respuesta: una cara muy dura. Yo digo: porque tiene glamur.
Y quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Te dejo enlace a algunas entrevistas donde lo puedes ver:
Mario Conde empieza su entrevista con Risto Mejide
Los mejores momentos de Mario Conde
Tú aguantaste, pero ¿crees que eso se llevó por delante a Lourdes?
Gracias a mis hermanas por hablarme de él.
¿Qué hubiera pasado con Cenicienta si hubiera conocido a Ella es Gabriel?
Si Cenicienta hubiera sabido de los complementos para calzado de Ella es Gabriel, no hubiera perdido un zapato. Sus tacones estarían seguros y bien sujetos en sus delicados y pequeños pies y ella se hubiera sentido una tía tan poderosa que en lugar de huir despavorida, hubiera cogido por la muñeca al príncipe y allí mismo, escondiéndose del populacho, ocultos entre los matorrales, habrían tenido un encuentro de pasión cuya magia hubiera sobrepasado los límites de la bonachona hada madrina.
Muchísimas gracias por escucharme.
Necesitas una cosa básica en la vida para tener glamur: 1: zapatos para triunfar.
Si quieres y prefieres a la versión de la Cenicienta del poderío, entra en ellaesgabriel.es
Y si quieres y te apetece, quedamos la semana que viene en El cielo lleva tacones con otro personaje glamuroso.
Yo soy Gema Vicedo y Ella es Gabriel. Buenas noches contentas.