TACONES, LA ELEGANCIA MENTAL
Atención a los tacones: en verano vi el vídeo de una chica que publicitaba un vestido (lamento no poder remitirte a él porque no recuerdo de quién era y en aquel momento desconocía que me iba a ser de ayuda ahora). El vídeo trataba de cómo poder usar el mismo vestido en cinco ocasiones diferentes. Con él podía ir a bañarse a la playa, ir de compras, pasear, salir con las amigas y tener una cena romántica. Unas veces llevaba el vestido sólo, otras cambiaba de bolso o se ponía un pañuelo al cuello o una cazadora atada a la cintura, pero lo que realmente cambiaba radicalmente su estética y el sentido del vestido, aunque la chica no los mencionara explícitamente, adivina qué era: sus zapatos.
A pesar de que en el vídeo la protagonista se centraba más en los complementos de su vestimenta, poco importa; porque el calzado es lo realmente importante. Y más en concreto, los tacones.
Justamente ayer participé en un teatro benéfico que organiza el grupo de teatro de la Iglesia de San Mauro de Alcoy con guión de Ana María García. Yo salía tres veces en escena que simulaban tres días diferentes. La ropa era siempre la misma porque interpretaba a una de las empleadas de una agencia de viaje y llevábamos uniforme (vaquero negro y camisa blanca con pañuelo de azafata al cuello). Yo, cómo no, como buena enamorada de los tacones me cambié los zapatos tres veces, uno para cada día. Y realmente me sorprendí cuando dos personas que había entre el público y a las cuales no conocía, a la salida hicieron incapié en mis zapatos. Y es que estoy segura, y lo de ayer me lo corrobora, de que lo que hace la diferencia no es la ropa; son los zapatos. Más concretamente, los tacones.
Cuando te vistas pon especial atención a tus zapatos. Prueba a calzarte unos tacones muy elegantes. Te insisto en que sean unos tacones con altura cómoda para ti, con los que puedas caminar cómoda y segura. Y siéntete poderosa. El poder arranca desde tus pies.
Y vas a ver cómo a partir de ahí vas a necesitar tener una mente elegante, poderosa. Yo sostengo en mi teoría no demostrada científicamente ni avalada por nadie, sólo por mí misma, que la elegancia de los zapatos tiene una conexión directa con la elegancia de tu inteligencia. Y no se trata de una inteligencia en la que empieces a sacar un diez en los exámenes ni los tacones sean exclusivos de superdotados, ni tampoco significa que la gente que lleva tacones es inteligente y la que no lleva tacones no, nada de eso (Steve Jobs iba descalzo por la vida y Zuckerberg con chanclas, al menos en las películas de sus biografías así los mostraban). A lo que yo me refiero es a que involuntariamente vas a notar un ansia de evolución en tu cabeza cuando empieces a «vestir elegantemente» tus pies. Te vas a sentir diferente, probablemente vas a dejar de seguir a la masa y vas a sentir necesidad de calzar también tu mente. Es una impresión que yo tengo basada en mi propia experiencia, infundada totalmente. No te vas a hacer más lista ni vas a ir de lista, sólo vas a forjarte a tu más manera.
Ya me cuentas. Si quieres otro día hablamos de libros.
Yo soy Gema Vicedo y Ella es Gabriel.
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