TACONES CAUSANTES DE DOLOR DE PIES
Primero: cómo evitar el dolor de pies.
- Lo más básico es tener costumbre de llevar tacones. Si nunca te pones tacones no quieras aguantar de repente un día entero con ellos, habitualmente en una boda, porque transcurrida la primera hora no vas a poder dar ni un paso más.
- Si vas a pasar el día en Terra Mítica o Port Aventura o Eurodisney, ni loca vayas con tacones. Te parece obvio y evidente ¿verdad? Pues aquí servidora fue a Eurodisney con unas botas de tacón medio y por la tarde las botas se convirtieron en una alfombra de pinchos al rojo vivo. Para postres no encontrábamos la salida y estuvimos deambulando por el parque perdidos hasta que dos millones de km más allá vimos el coche. El dolor de pies me duró dos días; y gracias que me calcé las maravillosas nubes (deportivas metalizadas) que me regaló mi hermana y me salvaron los dos días de aventura que nos quedaban en Francia.
- Si vas a asistir a una procesión o desfile, o cualquier acontecimiento callejero que requiere a partes iguales elegancia y estar de plantón, procúrate unos zapatos que ya hayas usado en otras ocasiones y con los que estés segura de que cuando acabe podrás marcharte de allí dignamente. Si tienes zapatos con plataforma no dudes en elegirlos. El dolor de pies cuando llevas tacones se produce en la línea de apoyo delantera del pie, donde articulan los dedos. La amortiguación tanto en la pisada como para estar de pie es muchísimo mayor y confortable con plataforma en esta zona. Se puede aguantar bien, no obstante si no te crees capaz apuesta por un tacón bajo o plano, con el que te sientas a gusto y guapa.
- Si te vas de turismo, directamente tacones prohibidos. Ni se te ocurra. Vas a estar todo el día pateando así que cálzate unas deportivas bien blanditas y chulas. En verano yo voy directamente en chanclas. Me da igual todo. Chanclas. Frescas y amortiguadoras. Y al fin del mundo con ellas. Después de sufrir lo mío con zapatos ya no me vuelve a pillar el toro. Si tienes unas espardeñas con suela de yute y vas cómoda, o sandalias planas y tan maravillosamente cómodas que no las tirarás nunca jamás, y de paso elegantillas, póntelas. Y a disfrutar del planeta tan campante.
Segundo: el error ya está cometido, el dolor de pies te está matando y no puedes dar ni un paso, literalmente.
- Antes de llegar a este extremo, en cuanto tengas la mínima ocasión, siéntate. Así dejas de presionar la planta del pie y la relajas. Si no te puedes sentar en una silla al menos intenta asentar el culo en alguna barandilla o cualquier elemento que veas por ahí. La cuestión es que descargues tu peso en tus posaderas y no en tus pies.
- Si puedes prever que en algún momento del día llegarás a este punto de inutilidad de los pies y te pillará fuera de casa, llévate unos zapatos planos de repuesto en el bolso. Planos, absolutamente, porque cuando el dolor de pies es intenso necesitas que el apoyo se reparta en toda la planta y libere la zona castigada.
- Si has llegado al extremo al que llegué yo en Eurodisney, sin calzado de repuesto y con un largo y penoso trecho de pinchos ante ti sin final a la vista, tómatelo con calma. Quitarme las botas era inviable así que no tenía escapatoria: seguir caminando con la horrible tortura bajo mis pies. Entonces me junté con mi amigo-sobrino Guillem y empezamos a caminar juntos, alejados cada vez más del grupo, hablando de nuestras cosas y partiéndonos de la risa. Y no me preguntes cómo, al final llegamos; sin correr, tranquilos y majestuosos.
Espero y deseo te sirvan estos consejos de la imprudente abajo firmante.
Yo soy Gema Vicedo y Ella es Gabriel.
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