Nunca entenderé eso de acotar por edad a los participantes de los concursos. ¿Qué indica la edad exactamente? ¿La experiencia? Tengo 45 años y acabo de aterrizar en el mundo del calzado; así que no, mi experiencia es cero. ¿La imaginación? Mi mente demente tiene 14 años y surca por mundos ajenos a lo terrenal; así que tampoco, no creo que la edad determine la imaginación de uno.
El caso es que me pude presentar al Concurso «El Lápiz de Oro» que se celebra en Elda cada año (sólo para menores de 30 años), porque la otra condición para que te acepten es que estés matriculada en un curso de diseño, el que sea, y yo ese año estaba cursando segundo del Ciclo de Diseño de Calzado, en el instituto La Torreta de la misma ciudad.
Participé con cinco diseños, ninguno ganador, y los cuales dejaban bastante que desear (después de ver el resto de propuestas presentadas). Sin embargo, para mí, el hacerlos supuso una evolución personal, una subida de peldaño en mi escala particular profesional y los mejores diseños del mundo.
Me encanta la acuarela. Yo no soy dibujante ni he asistido nunca a cursos ni a clases; lo que he hecho ha sido por intuición, sin técnica. El año pasado fui a una amiga artista, un as en acuarela, a que me diera cuatro directrices para dibujar con algo de sentido: Paz Sorolla (yo creo que con ese apellido ya nació con el 50% del arte que tiene debajo del brazo).
En este artículo te presento uno de los diseños que hice: se titula «LIBRO LIBRE». Y es que yo soy una enamorada de los libros, una obsesiva de la libertad y una loca de los tacones, así que lo fundí todo en uno. Como puedes observar, el diseño y la presentación son desechables ante cualquier jurado. No obstante, para mí significa todo lo que una persona (mujer en este caso, por el tipo de calzado) necesita tener: sabiduría e imaginación para prosperar, otorgada en gran medida por la lectura; el bien más valioso y menos practicado y valorado hasta que se pierde, la libertad; y el poder interior, proyectado en los tacones.
Algún día los fabricaré y me los pondré para que todos bajen la mirada a mi paso con cara de espanto… Cómo me gusta sentir esa sensación de impactar negativa e inocentemente jajaja. La frase del diseño la cogí del libro de J. K. Rowling «Una vacante imprevista»; así describía a uno de sus personajes masculinos. La tomé prestada y le cambié el género para hacerla mía: «Era, por encima de todo, ella misma».
♥
Yo soy Gema Vicedo y Ella es Gabriel.
Yves dice
Una polímata de tinte renacentista como tú sólo necesita respirar el aire puro de tu libre albedrío y carburarlo con tus ganas de crear. Que nada te amilane en tu camino. Ya has empezado a marcar con esos tacones inventados, como un infernal metrónomo imparable, el compás de tu camino. Ahora sólo te queda marerializar ese sueño tan tuyo; sería una lástima que sólo fuera un efímero ronquido.
P.S. Muy original tu acuarela y muy bonito tu diseño. ¡Brava!
Gema Vicedo dice
☺ Aunque siento que me sobrevalora en exceso, caballero… (jajaja me he sentido Cenicienta por un momento). Ives muchísimas gracias, aprecio enormemente tus ánimos y el detalle del escrito y de escribirlo. La cabeza no para y el corazón tampoco. Mientras así sea, seguiremos con tacones. Porque el cielo lleva tacones y nos rige desde arriba. 😉 Siempre, eternamente agradecida.