Hola,
Ante todo, un placer tu visita 🙂
Voy al grano directamente: cuando se me plantea un problema dejo de pensar en él y el cerebro se me activa para pensar una solución, y del problema de mis pies estrechos a los que se les escurren los tacones por la punta o el talón, surgió «Ella es Gabriel», los complementos para sujetarme los zapatos.
Antes siempre iba condicionada a la zapatería:
- nada de salones sin tiras de sujeción, de lo contrario tenía que caminar apretando los dedos para rigidizar el pie e intentar que no se me saliera el pie por el talón. Caminaba con los salones como si fueran chanclas. Un desastre. Al final tenía que ir al zapatero a que me cosiera una correíta tobillera en los zapatos.
- nada de sandalias con la punta muy abierta, siempre buscando los dedos recogidos porque se me escurren los pies y acabo sacando los dedos por la punta como si fuera un águila (con sandalias de plataforma), o los dedos tocando el suelo. Una perdición.
Con el asunto de los salones siempre podía recurrir al zapatero a que me cosiera la correíta en la parte posterior de los zapatos, pero era siempre lo mismo. Y con las sandalias directamente no había solución.
De modo que me inventé una sujeción externa que no modificaba a los zapatos originales, que podía intercambiar entre diferentes modelos y lo mejor de todo, con una potente hebilla extravagante (dos pies, dos hebillas, que me cuestan carísimas, eso sí, pero solucionadoras y preciosas).
Seguro que no soy la única que tengo este problema de sujeción de zapatos. Así que si tú también estás condenada a elegir calzado cerrado para asegurarte que no va a salir volando al mínimo paso, o simplemente te apetece un complemento bien vistoso que modifique la estética, este es tu sitio.
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Hola, yo soy Gema Vicedo y Ella es Gabriel 🙂
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