Albus Dumbledore

EL CIELO LLEVA TACONES.

CAPÍTULO 3 – Albus Dumbledore.

 

Buenos días contentos. Si Cenicienta hubiera conocido a Ella es Gabriel no hubiera perdido su zapato.

Pero, ¿entonces? ¡No! ¡Me niego! ¡Cenicienta tiene que perder el zapato y seguir siendo una desgraciada hasta que el príncipe la encuentre!

Sí, ya, una versión muy romántica la tuya, pero…

¿Qué hubiera pasado, entonces? Al final del podcast te lo cuento.

Bienvenidos a El cielo lleva tacones, el podcast donde te cuento historias de personajes genuinos destacados por su glamur. Y digo personajes, no personas, porque cada día, desde que nos levantamos, representamos un papel. Eres libre de elegirlo; no te limites ni te conformes con un personaje que ni a ti te gustaría ver.

 La belleza te da belleza, no te da glamur. Crear la incógnita. El misterio, eso es glamur.

 

– Personaje del día 3: Albus Dumbledore.

 

Si has visto alguna película de Harry Potter inmediatamente sabrás de quién te hablo. Y si perteneces al pequeño reducto de gente que no lo conoce no te preocupes, hoy vas a descubrir a un personaje increíble y muy, muy glamuroso.

Dumbledore es el director de Hogwarts, el colegio de magia y hechicería inglés. Pertenece al mundo mágico ideado por la escritora J. K. Rowling, la heptología de Harry Potter. Desconocemos su edad, en los libros al menos no hay referencia (aunque la Wikipedia dice que dijo J. K. Rowling que nació en 1881 y murió en 1.997, 116 años, cosa que dudo bastante) no obstante es mayor. Aparentemente tiene unos ochenta pero es vigoroso como uno de setenta, o de cincuenta años. Una mente preclara. Tiene una melena muy larga y canosa así como una muy larga barba que en las últimas películas se ataba en la parte de abajo con un cordoncillo. Como todo el mundo sabe los magos visten con túnicas hasta los pies, siendo la túnica de Dumbledore muy especial, gris, con bordados, nada pesada, con varias capas y con un cierto vuelo cuando camina. En los libros destaca su nariz torcida y sus gafas de media luna.

Es un personaje importantísimo en la saga básicamente porque es el que más sabe. Tiene más datos que nadie, es el más influyente y el mago más poderoso. Como Mario Conde (capítulo 1), es muy inteligente, lo sabe, lo admite y lo explota (no hacerlo sería una estupidez y denotaría que en verdad no es tan inteligente) sin preponderancia ni despreciar a nadie, con mucha serenidad. Ha tenido una vida muy tormentosa, aunque su tormento lo lleva muy oculto. En las películas sólo vemos algún trazo vago de su pasado. Los libros, como siempre, son mucho más descriptivos y entran en detalles que no es posible transmitir en las películas (películas las de Harry Potter que he de decir son muy fieles a los libros y están magistralmente hechas. El mundo mágico se visualiza a la perfección).

 Su nombre completo es Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore. Cuando Harry va al colegio por primera vez (los niños entran al colegio a los 11 años hasta los 17), junto con Ron y Hermione, que se conocerán allí y se harán superamigos, Dumbledore, en la primera cena de bienvenida, se levanta para decirles unas palabras. En la película, son unas palabras muy solemnes de introducción y unas instrucciones básicas que les da a los nuevos para no morir en el colegio; en el libro les dice lo siguiente: «¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos a un año nuevo en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero deciros unas pocas palabras. Y aquí están, ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco!… ¡Muchas gracias!»

 Como puedes ver, un tipo extravagante donde los haya, que no le importa lo más mínimo que piensen de él que está loco. Posiblemente se puede permitir el lujo de decir lo que le da la gana sin que le tiren tomates porque todo el mundo le tiene mucho respeto. De hecho, aparte de ser director de Hogwarts, ostenta otros títulos importantísimos como Orden de Merlín, Primera Clase, Gran Hechicero, Jefe de Magos, Jefe Supremo, Confederación Internacional de Magos), En resumen, un intelectual que ha aprovechado de manera muy óptima su tiempo llegando a lo más.

Nadie conoce la historia de Dumbledore. Sí, todos saben de sus logros pero, ¿qué tan perfecto es este hombre carismático, glamuroso y exitoso? Dumbledore tiene un pasado que de seguro le gustaría cambiar, pero ni siquiera el mago más poderoso del mundo conoce el hechizo para hacerlo. Y es que Dumbledore, el hombre perfecto, sin tacha, vive con una gran losa a sus espaldas:

Cuando a los 18 años salió de Howgarts con el mejor expediente académico, tenía como planes ir a viajar por el mundo y comérselo, mas se truncó su idea al morir su madre. Eran tres hermanos, Albus (Dumbledore) el mayor, seguido de Aberforth y la pequeña Ariana, que estaba enferma. Albus decidió tomar el relevo de su madre, cuidando de su hermana, por ser el mayor y haber acabado ya la escuela, y Aberforth seguiría estudiando.

Imagínate el cambio radical en su vida, cómo se cegaron de golpe todas sus ilusiones. Aberforth quería cuidar de su hermana y sabía que Albus estaba allí por obligación, porque se sentía responsable. Entonces vino de visita un nieto de la anciana vecina, Gellert Grindelwald, tan inteligente como él, con el que pasaba todo el tiempo. Se hicieron muy amigos. Ya sospechaba yo cuando lo leí que estos dos tenían algo más, lo que me lo corroboró cuando la autora dijo en una entrevista que Dumbledore era homosexual. La cuestión, muy resumida y sin entrar en la trama de la historia, es que hubo una pelea entre los tres, Albus, su hermano Aberforth y su amigo Grindelwald. Los tres con sus varitas lanzándose hechizos, la hermanita fue asustada y algún hechizo la alcanzó a ella y la mató. En el entierro, con el cadáver de la niña delante, los dos hermanos tuvieron una pelea y Aberforth le rompió la nariz a Albus de un puñetazo, dejándole la nariz torcida.

Grindelwald se fue de allí, se hizo un mago malo, Albus lo capturó y lo encerraron.

 ¿Dónde está el glamur?

Albus Dumbledore, en su juventud, durante el tiempo que duró la relación con su amigo Grindelwald, apenas dos meses, tenía unas ideas algo maléficas. Cuando se separaron Albus torció por el lado bueno y Grindelwald se acentuó en el lado oscuro, llegando los dos a ser muy poderosos, cada uno en su rama.

 Y el análisis que yo hago es el siguiente: Dumbledore se sentía responsable absoluto de la muerte de su hermanita, aunque materialmente no se supiera de quién era el hechizo mortal que la alcanzó. Su hermano, aparte de romperle la nariz, rompió toda relación con él, acusándole de por vida culpable de la situación que provocó la muerte de la niña. Por lo que, en dos meses, se quedó solo, sin familia. Y para rematar, la ruptura de corazón: Albus estaba enamorado de su gran amigo con el que se peleó, y posteriormente tuvo que dar caza y encerrar en la prisión.

 Y a pesar de todo, Albus Dumbledore siguió. Respetado y admirado por todos cuando él mismo ni siquiera podría mirarse en el espejo, ni levantarse cada mañana con todo el peso del remordimiento que llevaba encima. Siguió, representando un papel para no consumirse,convirtiéndose en todo un personaje. ¿Cómo lo hacía? ¿Cuáles eran sus pensamientos? ¿Cómo podía seguir a pesar de todo? Eso es glamur.

 

Todos hacemos cosas mal, cosas de las que nos arrepentimos una y mil veces pero que ya no podemos cambiar. Y seguimos, representando nuestro papel, seguimos.

 

Hasta aquí la historia del personaje nº 3 de El cielo lleva tacones: Albus Dumbledore.

 Gracias a J. K. Rowling por escribir el mágico mundo de Harry Potter; a Jose, que me habló por primera vez de la existencia de las películas de Harry Potter y de su admiración por Hermione; y a Andrea, que me estimuló involuntariamente a leer los libros.

Gracias eternas a Fernando Álvarez, que me estimuló para hacer este podcast. (Su podcast se llama Código emprendedor, y puedes seguirlo en desdelatrinchera.com).

  

¿Qué hubiera pasado con Cenicienta si hubiera conocido a Ella es Gabriel?

 No, si Cenicienta hubiera sabido de los complementos para calzado de Ella es Gabriel, no hubiera perdido un zapato. Sus tacones estarían seguros y bien sujetos en sus delicados y pequeños pies y ella se hubiera sentido una tía tan poderosa que en lugar de huir despavorida, al empezar las campanadas y notar que la magia se empezaba a esfumar y su brillante vestido volvería a ser harapiento, se llevó al príncipe a una zona apartada de los jardines y le dijo: «Cierra los ojos». El príncipe, al ver el atrevimiento de esa chica misteriosa, se excitó sólo de seguirle el juego. A Cenicienta lo único que se le ocurrió en ese momento era quitarse esa ropa rota y manchada (antes desnuda que vestida así y que sea lo que Dios quiera). Dio la última campanada y vió que sus zapatos eran lo único que mantenía la magia. Eso la hizo sentir poderosa, y le susurró al príncipe. «Ya puedes abrir los ojos».

Muchísimas gracias por escucharme.

Necesitas una cosa básica en la vida para tener glamur: zapatos para triunfar.

Si quieres y prefieres a la versión de la Cenicienta del poderío, entra en gemavicedo.com o ellaesgabriel.es, como prefieras.

Y si quieres y te apetece, quedamos la semana que viene en El cielo lleva tacones con otro personaje glamuroso.

Yo soy Gema Vicedo y Ella es Gabriel. Buenas noches contentas. ☺

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