El Padrino

EL CIELO LLEVA TACONES.

 CAPÍTULO 123 – El Padrino

 

Buenos días contentos. Si Cenicienta hubiera conocido a Ella es Gabriel no hubiera perdido su zapato.

– Ella es Gabriel son los complementos esos que te has inventado para cuando se te salen los tacones por el talón o se te escurren los pies por la punta de las sandalias.

– Exacto, los que te sujetan el pie al zapato para que vayas segura y con poderío.

– Me hacen falta. ¿Dónde los puedo comprar?

– En gemavicedo.com o ellaesgabriel. La web aún está hecha un Cristo pero te puedes apañar. Y si tienes alguna duda, me contactas que yo te explico.

– Pero qué atenta que eres.

– Lo sé.

Y al final del podcast te cuento una historia.

 

Bienvenidos a El cielo lleva tacones, el podcast donde te cuento historias de personajes genuinos destacados por su glamur. Y digo personajes, no personas, porque cada día, desde que nos levantamos, representamos un papel. Eres libre de elegirlo; no te limites ni te conformes con un personaje que ni a ti te gustaría ver.

La belleza te da belleza, no te da glamur. Crear la incógnita. El misterio, eso es glamur.

 

– Personaje del día 123:

EL PADRINO

El Padrino es un personaje extremadamente peculiar. Es un don, el jefe de la familia Corleone, una de las cinco familias de la mafia siciliana que dominan Nueva York casi en la mitad del siglo XX. Su familia tiene comprados a jueces y policías que los encubren en sus negocios de juego y prostitución. Aparte de esto, se toman la justicia por su mano. Los enemigos de los amigos de los Corleone son también enemigos de los Corleone.

Una de esas películas que tienes que incluir en el repertorio de películas imprescindibles para ver, y el Padrino, un personaje para conocer.

En el audio te cuento todo 😉

Hasta aquí la historia del personaje nº 14 del capítulo 123 millones de El cielo lleva tacones: don Vito Corleone (el Padrino).

 

Te agradezco, Anes Ortigosa del podcast El cuaderno creativo tu interés y ánimos para con este podcast. Y gracias eternas a ti que me escuchas.

 

Historias de Gema…

La rosa daltónica.

Había una vez una mosca que se posaba en las cacas y se alimentaba de ellas. Tenía un verde reluciente, brillante, espectacular, un verde sacado de otro mundo, y sus alas… su alas eran transparentes, parecía que tenían purpurina, y unas finísimas hebras que se tejían en formas formidables.

Había muchas rosas en aquel lugar pero una en especial, con los bordes de algunos pétalos marchitos y más oscura, más granate que el resto.

La mosca pasaba por delante y todas las rosas se la quedaban mirando. La mosca sabía que tenía una apariencia exquisita y le encantaba que la admiraran. Sin embargo la rosa que le gustaba a la mosca se comportaba indiferente con ella. Era incomprensible. Un día se decidió y se posó sobre ella (menudo atrevimiento).

Le preguntó a la rosa:¿Te gusto? (como aclaración te diré que el mundo no humano no se anda con tantos rodeos como el mundo humano).

La rosa le respondió: No especialmente. Hueles mal. (esto no era ofensivo para la mosca porque ella creía que la caca era el aroma más apetitoso del mundo, así que simplemente obvió ese dato: estas rosas no se enteran, claro, como no se mueven).

La mosca insistió: A tus compañeras les gusto porque tengo unos colores fabulosos.

La rosa le dijo: Soy daltónica. Hueles mal.

La mosca se quedó inmóvil: avergonzada, humillada, despreciada. Cuando pudo reaccionar se fue volando todo lo más rápido que pudo y se juró a sí misma no volver a enamorarse nunca jamás en toda su vida.

Aunque, como todo el mundo sabe, eso no es posible.

Fin.

 

Muchísimas gracias por escucharme.

Necesitas una cosa básica en la vida para tener glamur: zapatos para triunfar.

 

Recuerda siempre: el poder requiere seguridad, y con Ella es Gabriel vas a sentir tus zapatos seguros en tus pies. Así que, si te urge el poderío, entra en gemavicedo.com.

 

Y si quieres y te apetece, quedamos la semana que viene en El cielo lleva tacones con otro personaje glamuroso.

 

Yo soy Gema Vicedo y Ella es Gabriel. Playa nudista. Buenas noches contentas.

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